Busquemos un
pedazo
de cielo que no hayamos visto
y lo
compartamos entre miradas
escuchemos
ritmos irrelugares
besemos cartas viejas
bailemos los
sentimientos que lloramos
sonriamos al
árbol que todavía nos da sombra
y no al sol
que nos sofoca
viaje(mos)
entre nuestras almas
entre gritos
suaves llenos de deseo risas cortas vayamos a donde el silencio no aturda
donde las
horas sean dulces como la fruta
donde la
arena espera a que la marea impulse
a la ola del
mar para besarla o
donde la
hipnosis nos lleve a una realidad deseada
en la que no
tengamos que entrelazarnos para seguir estando completos.
(Paula Piano, Cuarto año)
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