Una pascua peculiar


Era domingo en la mañana y yo como todos los días, me desperté temprano (más o menos a las 8:30) y desayuné. Me había olvidado completamente que era pascua hasta que hablando con mi Papá y él me lo recordó. Esa mañana era igual a cualquier otra, no había nada en especial en ella en lo absoluto.  Yo me fui a hacer algunas tareas que tenía que entregar próximamente y saludaba al resto de integrantes de mi familia que se iban levantando.
Llegó el mediodía y mi familia y yo salimos a comer afuera… en mi patio. Mi papá hizo un asado muy rico que comimos en el almuerzo. Al terminar la comida, primero, comimos un poco de tiramisú casero que había preparado mi mamá de postre (muy rico la verdad). Después, mi papá escondió unos huevos de chocolate para que mi hermanita los buscara (sin decirle y sin que ella se diera cuenta, obviamente) y después de estar un rato buscando, ella los encontró y los repartió entre mi hermano, ella y yo.
A la tarde no ocurrió nada en especial hasta que mi papá abrió la puerta que da hacia la calle porque los vecinos habían visto a una señora con su hijo que estaban paseando, por lo que mi papá fue a revisar que no estuviera para advertirle (si es que estaba) que no debería salir a la calle porque en el grupo de WhatsApp de seguridad del barrio, mandaron diciendo que estaba justamente ella con el hijo y que iban a mandarle un móvil policial. En el momento en que abrió la puerta, entró un viento que parecía sacado de una película. La calle estaba totalmente vacía y el sol se reflejaba en las otras casas y la calle. Ese momento duró unos ¿8 segundos quizás? Pero fue muy bonito. En ese preciso momento me di cuenta de que extrañaba un poco salir a la calle y estar afuera, que tenía ganas de salir a caminar, cosa que no me había dado cuenta en todas las semanas que llevábamos de cuarentena.
A la noche yo estaba tranquilo jugando juegos, cuando a mi mamá se le ocurrió que podíamos sacar una foto los 5 integrantes de la familia juntos ya que hacía mucho que no nos sacábamos una. Después de varios intentos en los que la foto salía medio movida, nos la logramos sacar y quedó bonita en mi opinión.

Luego de sacar la foto, la  enviamos a nuestros familiares junto con un audio, cenamos y nos fuimos a dormir todos.
                                                              Joaquín 2° año

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