Un viaje ambicioso

26 de abril de 2020

   Un día más sin poder ver a mis amigos, siento que en esta época o momento en el cual no se puede salir de nuestra residencia es mayor el deseo de estar con todas esas personas que hacían nuestro día a día, un día mejor.
   Los animales parece que se apropiaron de los jardines, veredas y calles, ya, desde el tercer día de la cuarentena, empecé a descubrir muchos que nunca antes había visto.
   Mis ganas de salir se trasladaron a un sueño: hoy 26 de abril soñé que viajaba por el mundo con mi familia, pero lo sorprendente era que no viajaba a un lugar cualquiera, sino a uno que actualmente no existe, y para lo cual íbamos haciendo escalas por diferentes países; Francia, España, Bélgica, China, Sudáfrica , etc.
   Más extraño aún, fue que al llegar a España me di cuenta que no era la que conocemos, con gente, casas, edificios, ¡¡era un desierto!!... Después de ese viaje bastante largo y diferente llegamos a destino. Ese sitio era puro bosque, los animales estaban libres y a la intemperie, y un mar infinito lo rodeaba. No se veía a nadie; el verde del paisaje se interrumpía con una pequeña casa donde nos alojamos. Todo estaba a oscuras, restos de alimentos viejos, algún juguete olvidado en el piso sucio. El silencio nos envolvía. No hubo en nosotros el entusiasmo y alegría que nos invade al llegar de vacaciones a un sitio, por el contrario, sentimos una rara sensación de arrepentimiento y temor. 
   8:30 AM, la alarma suena, es hora de levantarme para tener una clase virtual, y confieso que esta vez me gustó escucharla…. No había resultado ser un lindo sueño, más bien insólito y desconcertante como son mis días hoy.

(Vittorio, 2° A)

Comentarios