Saudade


19 de abril 2020               
   Me levanté tarde, apagué los miles de despertadores que tenía programados hasta que ya no me volví a dormir. Preparé un desayuno y me senté en el sillón a tomarlo mientras miraba una serie. Me bañé y me puse una mascarilla, a continuación me senté un rato afuera a leer, el clima estaba ideal: nublado y fresco, pero no lo suficiente como para abrigarse mucho, y cada tanto un rayo de sol se escapaba por los huecos entre las nubes. Me retiré la mascarilla y lavé mi cara. 

   Cuando estaba guardando el libro que hace un rato leía, me encontré con un diario de viaje que tenía del año pasado. Nunca lo pude terminar de escribir porque, antes, no tenía tiempo, así que me decidí a completarlo con las cosas que todavía me acordaba. Me senté en el escritorio con un café, prendí un sahumerio y con la ayuda de las fotos que había tomado en el viaje empecé a escribir mientras escuchaba música. Frené casi cuando terminaba para ayudar a preparar el almuerzo y seguido a eso, comer. Vimos una película entre todos porque nadie tenía algo mejor para hacer y una vez que terminamos volví a mi cuarto a terminar el diario del viaje. Me acosté un rato con mi gato, por alguna razón me sentía agotada, pero no había hecho absolutamente nada y me había levantado bastante tarde, de todas formas me quedé dormida al rato. Me levantó mi papá y me pidió que lo acompañe porque tenía que ir a lo de mis abuelos. Ellos se quedaron en el campo cuando empezó a cuarentena y pidieron que cuidemos la casa y cada tanto pasaremos a revisar y limpiar para que no parezca deshabitada. Claramente acepté la invitación. 
    Llegamos y estuvimos limpiando y ordenando. Me senté un rato en el sillón y me puse a mirar todos los cuadros que tenían, observaba la casa, los muebles, los muchos álbumes de fotos en la repisa, los pequeños adornos que tenían, sentada desde el sillón azul chiquitito pero comodísimo en la esquina, que desde niña amo, me puse a acordarme de momentos en esa casa y lo que extrañaba estar con mi familia, empecé a sentir nostalgia.  
   Volvimos a la casa, me prepare un café y me senté con mi hermana afuera a hablar de  cualquier cosa, nos reímos un buen rato, escuchamos música y después la ayudé a preparar la cena. Antes de acostarme terminé la tarea de portugués, pero al ver que no conseguía dormirme me decidí a ponerme a pintar hasta que pude descansar.

(Estudiante de 5to año)





Comentarios

Publicar un comentario