17/04/2020
Estoy sentada en la galería de mi casa observando lo que hace poco se convirtió en el paisaje más lindo e interesante, estoy sentada hace media hora,sin hacer nada. Variedad de plantas, el pasto un poco crecido de mas y mi perro usándolo de colchón, la pileta tomando un color verde y el quincho al final con ventanas corredizas que dejan al descubierto el desorden de la vajilla.
Algunas hojas de los árboles de mis vecinos atraviesan mi patio mientras que una bandada de pájaros circulan, uno atrás del otro, en el fragmento de cielo que puedo observar desde acá; el fragmento de cielo más despejado, vivo y celeste que había visto en los últimos años.
No hay voces a mi alrededor, eso hace que aumente el clima de tranquilidad (y un poco de película, aunque últimamente ,todo lo que está pasando se parece a una) . La cuarentena alude al aburrimiento, la angustia, la preocupación y el cansancio, pero si tengo que mirar el lado bueno de toda la cuestión: nunca había mirado mi patio tanto tiempo y con tanta atención ,hasta el punto de considerarlo el mejor paisaje.
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