Contar



Jueves 14 de mayo 
Día 56 de la cuarentena obligatoria. 
Día 62 de la suspensión de clases. 
Día 1 del diario de cuarentena. 

   Veo la superposición de formas de contar el tiempo. También podría medirlo en la cantidad de veces que he salido a comprar o en la cantidad de veces que he visto a mi familia en este tiempo, que son muy pocas. Así como cuento el tiempo, cuento las quincenas, cuento las actividades que se liberaron en la provincia, cuento las actividades que les di a mis ocho cursos, cuento trabajos entregados y corregidos. Me la paso contando y lavando platos. 
   Empecé a escribir por invitación de Ignacio, compañero de trabajo que tan rápido se ha convertido en un amigo, incluso en toda esta distancia. Decido sumarme a esa colección de cosas hermosas que pasan en cuarentena. Porque, aunque pareciera que no pasara nada, sí pasa: el diario de cuarentena de lxs chicxs, audios con poemas de lxs profes de lengua, las lecturas compartidas, las clases compartidas, el intercambio de experiencias, los mensajitos de alumnxs que te alegran el día cuando te dicen que disfrutaron la clase, que disfrutaron la actividad, que disfrutaron la peli, el video, el texto. Pequeños avistajes en medio esta neblina densa que desde hace 62 días nos alejan del aula, que no te deja ver bien qué está pasando del otro lado. Y todo eso también cuenta porque también pasa y vale la pena hacer contar el disfrute. El solcito del otoño, las mañanas más largas, la voz que no duele, el pan casero, el mate todo el tiempo, dar clases en pantuflas, las amistades abriéndose paso por todas las redes para estar, aunque no estén, los pequeños triunfos cuando sentís que capaz ya le estas encontrando la vuelta a dar clases así, contra todo lo previsto. Cuento y pienso que debería terminar de lavar los platos.

Mis platos limpios


Cocó Navarro

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